sábado, 1 de noviembre de 2008

Flor de la V y su boda de US$ 100 mil


Después de once años de noviazgo, se casa con el odontólogo Pablo Goycochea, padre de tres hijos. La comediante llegará al altar del brazo de Gerardo Sofovich, la ceremonia será oficiada por el modisto Jorge Ibáñez y los perros llevarán las alianzas. Cómo será la fiesta con 5 mil rosas, candelabros de la India y las paredes del Tattersall forradas de terciopelo negro.

“Yo viví con muchos prejuicios y jamás me había permitido soñar con un vestido de novia”, aseguraba hace dos meses a Caras. Florencia de la V tendrá esta noche su boda soñada, con casi 300 invitados y cinco mil rosas blancas decorando el imponente salón del Tattersall.

Como en una película, su novio la llevó a París para pedirle casamiento. Navegando por el Sena, el odontólogo Pablo Goy-cochea volvió a hacerle la propuesta que ella muchas veces había rechazado. “¿Por qué hay que dejarle solamente el vestido blanco a las heterosexuales?”, pensó Florencia: después de once años de relación, tendrán una ceremonia informal oficiada por Jorge Ibáñez, que también diseñó el traje de novia. El altar está montado en el jardín izquierdo del Tatter-sall, bajo añejos sauces llorones. Habrá una tarima alfombrada en blanco y una glorieta de hierro con flores a la que Florencia llegará del brazo de Gerardo Sofovich. “No recuerdo ni cómo me lo pidió –aseguró el conductor a PERFIL–. Era natural por nuestra relación que yo fuera su padrino.” Llegarán juntos en un Bentley de colección que la diva alquiló. Los encargados de llevar los anillos serán Cayetano y García, sus perros, que entrarán con Pía (14) y Martina (16), las hijas de Pablo, también papá de Gonzalo (18).

La fiesta. El eje del salón será una gran pista de baile rectangular en blanco y negro. Florencia le pidió al DJ Alejandro Massey expresamente que no haya ni un solo tema de música electrónica: prefiere mostrar sus dotes al ritmo del reggaeton. El show en vivo estará a cargo de La Mosca, que tocará en el escenario delante de una pantalla plasma de nueve metros de largo.

Colgarán 60 bolas de espejos, las paredes estarán forradas en terciopelo negro y habrá un telón de fondo, también en terciopelo, con cientos de luces de fibra óptica. En los livings se alternan modernos sillones de cuero con muebles estilo Luis XVI, todos en blanco. El sector VIP para los novios y 14 amigos estará enmarcado por un pórtico espejado de cuatro metros de alto, que su ambientador, Martín Roig, mandó a hacer especialmente hace un año. Los almohadones de terciopelo labrado con arabescos en blanco y negro los trajo desde Londres. La ambientación la completan diez arañas de caireles de más de dos metros de alto y 20 candelabros de cristal importados desde la India. “Florencia nos sorprendió a todos por su gusto e ideas finísimas”, aseguró Roig. La wedding planner es Bárbara Diez, que tiene por costumbre ir a los casamientos que organiza con su marido, el jefe de Gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta.

La comida está a cargo de Eat Catering, que preparó una recepción de bocaditos de salmón ahumado, trucha, ricota asada, quesos y aceitunas, y bifecitos de pollo marroquí. La entrada será en crab cake de centolla, ensalada de choclo ahumado, tomates y palmitos grillados con emulsión de mango y albahaca. Habrá tres opciones de platos principales: chupín de cordero con cous cous de verduras y batatas crocantes, gremolata de hierbas frescas y miel, o pollo thai marinado en leche de coco y curry, salteado con mangos, echalottes, y espárragos con ensalada de berro y arroz hindú. Para los vegetarianos, rigattonis salteados con verduras del Mediterráneo. El postre será un verin citric con crema mascarpone, sorbet de frambuesa y mix de cítricos.

La previa. La despedida de soltera fue muy sencilla, apenas algunos amigos el jueves a la noche en Moshi Moshi, un coqueto local de sushi en Las Cañitas. Una cena muy frugal: Florencia se mantiene a estricta dieta para lucir el vestido de Jorge Ibáñez, supuestamente un modelo en beige muy ceñido al cuerpo, pero que no han podido ver ni los íntimos. Hasta esta semana, la comediante se debatía con su peinador Joaquín Persson entre llevar una corona de flores o una tiara de brillantes. “Florencia es una novia re clásica con todas las cábalas y tradiciones”, asegura su maquilladora Mabby Autino. “Creo que voy a usar tonos dorados y violeta que le dan luz a sus ojos color miel. Le voy a poner muchas pestañas y un labial muy clarito”, adelantó a PERFIL. Antes usará una máscara descongestiva y refrescante para preparar la piel. Florencia alquiló una suite en el Hotel Alvear para prepararse lejos de Pablo y encontrarse nuevamente recién en el altar, ante los más de 250 invitados

Los amigos. Marcelo Tinelli le aseguró al aire su presencia, y también se espera a Adrián Suar y Mirtha Legrand. Estarán Marley, Georgina Barbarrosa, Moria Casán y Natalia Oreiro, que se quedó con las ganas de hacerle el vestido de novia. Todos los invitados recibieron el aviso de la lista de regalos en La Corte. Considerados, Florencia y Pablo eligieron desde velas de marfil de $ 20 a una cama de $ 14 mil. El total suma US$ 72 mil, apenas un poco menos de lo que costó la boda, estimada en US$ 100 mil. Mirtha se decidió por una bandeja de plata, pero Gerardo y Moria se corrieron de la consigna: él eligió una vajilla para doce personas de Morph y ella un diseño de María Burani.

Hace algunas semanas el grupo de íntimos estuvo al borde de poner en peligro el casamiento cuando le hicieron notar a Florencia que la fiesta sería en la madrugada del domingo, Día de Todos los Muertos. La comediante incluso averiguó para cambiar la fecha, pero el Tattersall no tenía otras noches disponibles. La casualidad quiso que su boda también coincidiera con la XVII Marcha del Orgullo Gay, que esta noche –a la misma hora en la que ella esté dando sí– llegará a la explanada del Congreso. Florencia decidió no hacer unión civil y lo explicó a : “Los travestis, los gays, los homosexuales, las lesbianas, las milanesas de soja, las plantas, todos tienen derecho a hacer lo que quieran. A mí me gustaría que hubiera igualdad. Me agota que me pregunten siempre sobre mi derecho a casarme: ¿no basta con amarse simplemente? Mirás a los ojos a tu pareja y le decís ‘yo te amo y quiero compartir toda la vida con vos’. Después brindás y listo”.

Marina Abiuso
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