sábado, 26 de mayo de 2007

RAINER WERNER FASSBINDER: Un monstruo del cine


Padre del nuevo cine alemán, más que una vida de cineasta, Fassbinder encarnó la intensidad de una estrella del rock. En películas que conservan increíble frescura e insólito vigor, retrató el infierno de una sociedad que asesina a los débiles en cada mundo privado. A 25 años de su muerte...

Cuando en 1992 se cumplieron diez años de la muerte de Fassbinder, un crítico tituló su nota de homenaje como si fuera una pancarta: "Extrañamos a Rainer". La razón de que la falta se hiciera sentir tanto entonces era que no había nada semejante a él en el cine de esos días. Fassbinder había sido el más original, el más prolífico y el más radical de los cineastas de una generación que fue también la más importante del cine alemán de posguerra. A partir del manifiesto de Oberhausen de 1962, en el que 26 jóvenes directores se propusieron crear un nuevo cine "liberado de las convenciones de la industria establecida", la cinematografía alemana había renacido hasta alcanzar visibilidad y estatura internacional. Pero en 1992 había vuelto a sumergirse en la chatura y el conformismo, cuando no en la marginalidad. Eran los años más oscuros de Herzog, mientras que Wenders había iniciado una declinación aparentemente irreversible. Si en ese momento se miraba hacia atrás, la dimensión de Fassbinder y el escándalo de su ausencia no podían sino parecer gigantescos.

Es que Fassbinder fue una fuerza de la naturaleza con pocos equivalentes en la historia del cine. Su carrera duró apenas trece años, pero en ese lapso filmó 41 películas que, más allá de los desniveles de estilo y calidad, tienen una unidad notable. Muchos directores dejan una filmografía; Fassbinder, como los más grandes, dejó una obra. Pero su singularidad no se agota allí. Fue productor, guionista, fotógrafo, montajista, compositor, director de arte, actor pero, sobre todo, el jefe de una familia (más que de una empresa) cinematográfica que le permitió también revolucionar el modo de producción y hacer películas por poco dinero y en muy poco tiempo. Basta pensar que los jóvenes cineastas "independientes" de hoy —en Alemania o en la Argentina— pasan varios años juntando el dinero de su próxima película (como ocurría hace tres décadas) para entender la eficacia y la actualidad de su método de trabajo.

La formación de Fassbinder fue todo menos académica. En lo formal, abandonó la escuela secundaria a los 15 años y la Escuela de Cine de Berlín le rechazó su solicitud de ingreso. Su educación fueron las (muchas) películas de Hollywood que vio en la adolescencia y el teatro de vanguardia, en el que empezó a trabajar, a escribir y a dirigir desde muy joven. Así, Fassbinder fue walshiano y brechtiano, aunque lo último fue siempre más evidente que lo primero (solía utilizar el seudónimo "Franz Walsh" para firmar su trabajo como montajista). Sus características más salientes como cineasta fueron la increíble intensidad de sus películas y el hecho de que estas conformen una red, una estructura en la que todas están de algún modo articuladas. Entrar por cualquier parte en la producción de Fassbinder es descubrir un planeta con sus leyes y su geografía pero, a diferencia de otros creadores de universos artísticos, el suyo no es una fantasía sino que se superpone con el que conocemos, salvo que tiene otro peso emocional y otra velocidad.

La velocidad fue lo que mató a Fassbinder el 10 de junio de 1982, a los 37 años, de una sobredosis de cocaína cuando ya no podía parar de consumir pero, sobre todo, de filmar. Su mayor adicción fue el trabajo y esta arrastró a todos los que estuvieron cerca, dejando un tendal de tragedias personales entre sus actores, amantes y colaboradores. Abusivo en el amor y en el rodaje, pero abusado a su vez por su madre, personaje monstruoso que bajo el nombre de Lilo Pempeit trabajó también en sus filmes, el vértigo de su vida sólo es comparable al de las estrellas de rock de la década anterior. Más que una vida de cineasta, Fassbinder parece haber encarnado el destino de Janis Joplin o de Jimmy Hendrix.

Denunciar la infelicidad

Coincidentemente, la desesperación estaba en cada uno de sus fotogramas. No hay una escena de su obra que no esté marcada por la angustia. Aunque el humor negro atraviesa su cine y hasta pueden detectarse en él algunos grandes momentos de comedia, Fassbinder sólo filmó la muerte o, mejor dicho, la muerte en vida, el infierno de una sociedad que asesina a los débiles en cada mundo privado. Lo hizo, además, sin coartadas ideológicas y sin concesiones a la opinión bienpensante. Su crítica al poder del más fuerte incluyó la hipocresía de la izquierda y de los grupos revolucionarios en películas como El viaje a la felicidad de mamá Kusters o La tercera generación. Supo ver que la explotación capitalista y su correlato de desigualdad entre los individuos se trasladaba también a los círculos homosexuales, como en Fox y sus amigos o en Un año con trece lunas. Es que el cine de Fassbinder es una denuncia a escala gigantesca de la infelicidad que la sociedad produce en hombres y mujeres, alemanes o inmigrantes, padres de familia o transexuales, actrices o carniceros. Sus filmes son una interminable colección de situaciones opresivas y tragedias individuales que afectan a los lúmpenes adolescentes de sus primeros filmes como El amor es más frío que la muerte, a las mujeres maduras de los últimos como María Braun, a los pequeñoburgueses atrapados en la familia (Sólo quiero que me amen), a las heroínas de sus dramas históricos como Effie Briest.

Los filmes de Fassbinder parten de materiales absolutamente diversos: el teatro experimental en Katzelmacher, los melodramas inspirados en Douglas Sirk como La angustia corroe el alma, la adaptación de escritores famosos en Desesperación (Nabokov), Nora Helmer (Ibsen) o Querelle (Genet), las historias de la Alemania Federal de posguerra como La ansiedad de Veronika Voss o El matrimonio de María Braun, los hechos policiales reales como La libertad en Bremen o ficticios como El soldado americano, la referencia autocrítica al mundo del cine como Atención a esa santa puta o a las miserias de los propios artistas como en El asado de Satán, la ucronía como en El viaje a Nicklashausen y hasta la ciencia ficción como en El mundo en el alambre. Fassbinder filmó películas baratísimas como La locura del señor R, o millonarias como Lili Marleen. Produjo con sus propios recursos, para la televisión y para grandes empresas; su estilo visual fue más bien sencillo durante la primera parte de su carrera y cada vez más complicado hacia el final, con experimentos en el color, sofisticados planos secuencia, encuadres a través de marcos y reflexiones en el espejo. Trabajó con actores famosos como Dirk Bogarde o Jeanne Moreau, con grandes talentos descubiertos por él mismo como Hanna Schygulla, Barbara Sukova o Kurt Raab, o improvisó a sus amantes, amigos, familiares y técnicos (y muchas veces a sí mismo) frente a la cámara. De todos, amateurs y profesionales, obtuvo una performance notable y una presencia inolvidable en la pantalla. La consistencia de la mirada de Fassbinder se mantuvo a través de los cambios estéticos, temáticos y productivos.

Su originalidad alcanzó con el tiempo una dimensión distinta. Fassbinder partió de las circunstancias y las historias de vida más próximas a las suyas y se fue alejando hacia las más remotas, pero uno de sus mayores rasgos de genio fue comprender que no había distancia entre la intimidad y el espacio público y que el secreto de tantas desgracias, de tanta crueldad social e incluso del aniquilador mercantilismo que dejaba indefensos a los individuos estaba íntimamente ligado a la Historia. Y que sólo el arte podía desentrañarla. En ese camino, Fassbinder partió de la soledad y el dolor de sus contemporáneos para remontarse primero a los años de la Alemania de Adenauer con su reconstrucción económica al precio del silencio y el disimulo, hasta llegar a enfrentarse finalmente con el período del surgimiento del nazismo. Toda su obra se resignifica cuando las calamidades históricas convergen con las privadas y esa decisión se concentra de algún modo en los catorce capítulos de la serie televisiva Berlin Alexanderplatz basada en la novela de Alfred Döblin (que, de paso, prueba que una obra maestra del cine no tiene por qué ser una película en sentido estricto). Si se quiere representar el grado de radicalidad de la decisión de Fassbinder, hay que pensar que su colega Wim Wenders intentó, a partir de Las alas del deseo, mostrar una Alemania reconciliada con los fantasmas de su pasado, mientras que Fassbinder siempre supo que mantener abiertas las heridas era la única esperanza de un futuro.

Un caso irrepetible

El increíble esfuerzo de Berlin Alexanderplatz (1980) marcó también un límite para Fassbinder. Sus películas posteriores mostraron, más que una declinación, a un cineasta que empezaba a ser cooptado, que no podía desprenderse fácilmente de los mecanismos de la fama y la publicidad, que empezaba a hacer lo que se esperaba de él. Su reciente condición de director célebre le restaba libertad. Con su habitual lucidez advertía que, en adelante, se iba a parecer a la protagonista de Lola, la prostituta que hace feliz a todo el mundo. Godard diría de él: "¿Cómo no iba a morir joven si él solo hizo el Nuevo Cine Alemán?" Tal vez la obra de Fassbinder fuera tan colosal que le quedaba solamente comenzar a repetirse como una caricatura o una parodia de su período más creativo. Es que este titán del cine tampoco pudo con el sistema.

Si a diez años de su muerte el panorama cinematográfico mostraba cuán imprescindible había sido su presencia, cuando han pasado veinticinco hemos dejado de extrañarlo porque la evolución del mundo y del cine nos convencen de que un caso como el de Fassbinder es irrepetible. La figura del cineasta maldito, de la estrella incandescente, del artista bohemio consumido por su pasión pertenecen a otra época y no a la de un cine mundial más disciplinado y profesional, de directores integrados y previsibles. La imagen romántica de Fassbinder, con su campera y sus anteojos negros, se ha fijado en cambio como un ícono y una leyenda. Pertenece cada vez más a un espacio habitado por personajes como el Che Guevara o Jim Morrison, la galería de la revolución soñada e imposible.

El legado de Fassbinder es la increíble frescura, el insólito vigor que conservan sus películas, mucho más que su influencia. Esta ha sido relativa, aunque sea de buen tono nombrarlo cuando la intimidad se muestra con un tono sórdido. A veces, cuando un cineasta comparte con él la homosexualidad y el melodrama, se lo señala como un heredero. Almodóvar es un ejemplo de esa confusión, con un cine que no tiene relación alguna con la política ni con la historia y que navega las tranquilas aguas de la nostalgia, la integración de las minorías sexuales y la corrección política. O Franois Ozon, que le declara su admiración y ha llevado a la pantalla una de sus obras de teatro, pero como parte de una filmografía completamente light y pasteurizada. Por otra parte, cuando una película aislada roza el universo de Fassbinder, suele ahuyentar al público y a la crítica. Así, por ejemplo, el fracaso de Lejos del paraíso, la remake de Todd Haynes de un clásico de Sirk. Así, también, el estruendoso abucheo a Nightsongs de Romuald Karmakar, el único de los cineastas alemanes recientes que tiene algo genuinamente fassbinderiano. Pero existe hoy, otra vez, un nuevo grupo de directores alemanes que, sin constituir precisamente un movimiento, se proponen como en 1962 hacer un cine "liberado de las convenciones de la industria establecida". Nombres como Karmakar, pero también como Ulrich Köhler, Valeska Grisebach, Henner Winckler, Maren Ade, Angela Shanelec y Christoph Hochhäusler, no tienen una filiación fassbinderiana y acaso, como suele ocurrir en situaciones semejantes, quieren desprenderse de su influencia. Sin embargo, la audacia y la convicción artística de Rainer Fassbinder serán el mejor ejemplo del que pueden disponer en su carrera.

QUINTIN
Revista Ñ

martes, 22 de mayo de 2007

Una pareja gay de flamencos hace realidad su sueño de ser padres


Carlos y Fernando son los protagonistas de esta historia.
Llevan seis años juntos.
Llegaron a echar a otros flamencos de sus nidos para criar sus huevos.
Finalmente han conseguido adoptar una cría abandonada.


Una pareja gay de flamencos adoptó una cría abandonada convirtiéndose felizmente en padres, informó este lunes una organización británica de conservación de la fauna.

Carlos y Fernando habían sufrido lo indecible para ser padres poniendo en práctica técnicas variopintas. Incluso habían echado a otros flamencos de sus nidos para quedarse con los huevos en la reserva de la organización Wildfowl and Wetlands Trust (WWT) de Slimbridge, en el suroeste de Inglaterra.

Permanentemente al acecho, no dejaron escapar la primera oportunidad real, cuando uno de los nidos fue abandonado y pudieron llevarse un huevo bajo sus alas.

La pareja, inseparable desde hace seis años, puede alimentar a la cría produciendo leche en sus gargantas.

"Fernando y Carlos son una pareja del mismo sexo conocida por robar los huevos de otros flamencos echándoles de sus propios nidos porque querían criar ellos mismos", explicó la portavoz del WWT, Jane Waghorn.

Las parejas gay son frecuentes entre los flamencos, explicó la portavoz. "Si no hay suficientes hembras o no se sienten atraídos por ellas, los machos se juntan con otros machos", afirmó.

20minutos.es

domingo, 20 de mayo de 2007

Fernando Vallejo renunció a su nacionalidad


El escritor Fernando Vallejo, autor de La Virgen de los sicarios, renunció a la nacionalidad colombiana y adoptó la mexicana, por considerar que su país de nacimiento fue “una mala patria”, que terminó con sus sueños de cineasta y obstaculizó su carrera literaria.

Sin pelos en la lengua el autor, que reside en México desde 1971, hizo su anuncio mediante un comunicado que difundió la emisora colombiana Caracol. "Que quede claro: esa mala patria de Colombia ya no es la mía y no quiero volver a saber de ella", aseguró.

" Lo que me reste de vida lo quiero vivir en México y aquí me pienso morir", afirmó Vallejo en el comunicado, reproducido por el diario colombiano El Tiempo.

"Desde niño sabía que Colombia era un país asesino, el más asesino de la tierra, encabezando año tras año, imbatible, las estadísticas de la infamia", indicó el autor en el comunicado, fechado el 6 de mayo.

"Después, por experiencia propia, fui entendiendo que además de asesino era atropellador y mezquino", aseguró Vallejo, que señaló que cuando fue reelecto el actual mandatario Alvaro Uribe descubrió que Colombia “era un país imbécil".

“Colombia, la mala patria que me cupo en suerte, acabó con mis sueños de cineasta", dijo Vallejo”..“Cuantas veces me ha podido atropellar Colombia, me ha atropellado".

En el texto el escritor enumeró una serie de episodios vinculados a su carrera literaria y a sus frustradas experiencias cinematográficas que le hicieron comprender que sus vínculos con el país se iban debilitando.

“ Colombia me cerró las puertas para que me ganara la vida de una forma decente que no fuera en el gobierno ni en la política a los que desprecio y me puso a dormir en la calle tapándome con periódicos".

"Entonces solicité mi nacionalización en México, que me dieron la semana pasada. Así que quede claro: esa mala patria de Colombia ya no es la mía y no quiero volver a saber de ella. Lo que me reste de vida lo quiero vivir en México y aquí me pienso morir", subrayó.

El polémico escritor, ganador del premio Rómulo Gallegos 2003 y autor de El río del tiempo y El fuego secreto entre otras obras, nació en Medellín en 1942.

Durante la pasada Feria del Libro en Colombia presentó su nueva obra La puta de Babilonia, un largo ensayo en el que ataca a la Iglesia católica, y en el que realiza un recuento minucioso de los crímenes que, a su juicio, se han cometido a lo largo de la historia en nombre de ella.

Cuando ganó el premio Rómulo Gallegos, por su novela El desbarrancadero donó el monto de 100.000 dólares a una sociedad protectora de animales.

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viernes, 11 de mayo de 2007

Presentan en Noruega machos de ballenas gays y chimpancés lesbianas


La idea de que los animales sólo tienen relaciones sexuales con fines reproductivos es un disparate total, según los expertos.

El Museo de Historia Natural de Oslo presenta a machos de ballena gris en pleno juego amoroso y a damas de chimpancé lesbianas.

“¿Contra la naturaleza?” es el título de una exposición que goza de reconocimiento internacional y que está centrada en la homosexualidad de los animales. Los zoólogos noruegos responden con claridad a la pregunta del título: “No”.

“El amor entre ejemplares del mismo sexo está comprabado en más de 1.500 especies de animales. Antes la ciencia lo ocultaba por pudor”, explicó Petter Bockman en la presentación de fotos, modelos, animales disecados y textos aplicativos que no dejan lugar a dudas.

Muchos visitantes ante la foto del macho de ballena en actitud amorosa con otro o la dama de delfín que estimula con su hocico los órganos sexuales de su compañera.

La idea de que los animales sólo tienen relaciones sexuales con fines reproductivos es un disparate total. “No sabemos lo que piensan, pero es evidente que todo esto tiene mucho que ver con el disfrute”.

Y que tengan la misma orientación sexual no necesariamente tiene que ver en primer lugar con sexo.

Los cisnes son fieles a su pareja toda la vida y también más allá de su muerte, relata Bockman, ya sean parejas lesbianas, gays u heterosexuales. “La pareja es la unidad central. Mucho más importante que todo lo demás, incluido el acto sexual”.

Cuando guía a grupos de escolares por la exposición, los niños o adolescentes se quedan perplejos al ver lo extendido que está el amor entre ejemplares del mismo sexo entre los animales.

El 80 por ciento de los chimapancés enanos son bisexuales. Entre los pingüinos, los investigadores detectaron un diez por ciento de parejas homosexuales, que también adoptan pequeños pingüinos huérfanos, independientemente de su sexo.

Al realizar unos test de paternidad en una colonia de gaviotas, los zoólogos descubrieron más bien por casualidad que el 20 por ciento de las parejas tenía el mismo sexo.

En el caso de las cacatúas enananas, el porcentaje de homosexuales al parecer es del 40 por ciento.

Con esta exposición “de ninguna manera se quiere moralizar”, aseguró el zoólogo.

La idea fue de un compañero del museo, Geir Soli, cuando escuchó a un sacerdote hablar por la radio sobre que la homosexualidad era algo que iba en contra de la naturaleza.

¿Cómo puede ir en contra de la naturaleza algo que ocurre tantas veces en el reino animal? Ya Aristóteles había oído que entre las hienas, los machos tenían relaciones sexuales entre ellos. Y las hembras también.

Estas primeras “salidas de armario” de animales homosexuales, sin embargo, se basaban en malos entendidos. Las hembras de hiena disponen de un clítoris tan grande que antes se creía que era un pene, explicó Bockman ante un ejemplar disecado de este animal.

El zoólogo añadió que en esta especie está sobre todo extendida la homosexualidad entre las hembras.

La exposición apenas generó protestas en círculos eclesiásticos conservadores en Oslo. A cambio, llegaron solicitudes de museos extranjeros, y los noruegos quieren llevar la idea también a otros lugares.

Muchos jóvenes visitantes se hacen sobre todo preguntas de tipo técnico: “¿Cómo lo hacen los erizos gays?”. Eso aún no se investigó lo suficiente, responde Bockman riendo, pero añade que una de sus colegas está investigando a un puercoespín “que siempre está detrás de otro macho”.

La exposición está abierta hasta el 19 de agosto.

Internet: www.nhm.uio.no/againstnature
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Las relaciones homosexuales aun son delito en 91 paises


Para la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA), responsable de la investigación, la penalización de la homosexualidad "institucionaliza la cultura del odio", con la "justificación" de los Estados. Y es que latigazos, lapidación y cadena perpetua son parte de las atroces penas con que diversos países castigan las relaciones sexuales entre homosexuales adultos.

Han pasado nueve años desde que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo mayores de edad dejaron de ser un delito en Chile, gracias a la modificación del artículo 373 del Código Penal.

En forma paralela, la aceptación ciudadana hacia las minorías sexuales chilenas es progresiva, según el Estudio Mundial de Valores, mientras que las demandas por igualdad de derechos son cada vez más amplias, a un punto que hoy se pide legislar las relaciones de parejas homosexuales.

Pero esa no es la realidad de gran parte del mundo. 91 Estados, de los cuales 85 son miembros de las Naciones Unidas, continúan considerando un delito las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, estableciendo diversas penas que van desde multas económicas hasta prisión de por ida, según reveló un estudio de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, (ILGA).

Denominada "Homofobia de Estado: un estudio mundial de las leyes que prohíben la actividad sexual con consentimiento entre personas adultas ", la investigación fue dada a conocer por la ILGA con el objeto se sensibilizar sobre la importancia de derogar estas normas con la participación activa de todas las minorías sexuales organizadas y los grupos de derechos humanos del mundo.

Origen de las leyes

A juicio de la ILGA, la penalización de la homosexualidad implica promover de "manera institucional una cultura del odio" donde la violencia " está de alguna manera justificada por el Estado y obliga a la gente a permanecer invisibles y a negar quiénes son realmente".

El estudio explica que muchas de estas normas han sido "heredadas de los imperios coloniales o han sido el resultado de legislaciones conformadas de acuerdo a creencias religiosas, cuando no directamente derivadas de una interpretación conservadora de los textos religiosos".

Aclara, en todo caso, que la homofobia institucionalizada, al nacer en un determinado contexto de la historia, sólo puede explicarse por su raíz cultural. " Ningún ser humano nace siendo homófobico, sino que aprende a serlo según va creciendo" en un ambiente desfavorable para las minorías sexuales.

"En muchos casos, el prejuicio contra las personas homosexuales es el resultado de la ignorancia y el miedo. Este largo catálogo de horrores, no es sino el relato de la intolerancia contra lo que es diferente o extraño a uno", sostiene la investigación dirigida por el activista Daniel Otosson, de la Universidad de Södertörn, Estocolmo, Suecia.

Estados que criminalizan la homosexualidad

Algunos de los 91 "estados homofóbicos" identificados por la ILGA establecen penas diferenciadas por sexo, edad o estado civil de quienes consideran "delincuentes", toda vez que son responsables, de acuerdo a los términos de cada legislación, de "desviaciones carnales antinaturales" o de "desviaciones sexuales".

Así es el caso de Antigua y Barmuda que en su Ley de Delitos Sexuales de 1995 estipula prisión de 15 años para las relaciones sexuales entre adultos y de cinco años entre los menores.

En Gambia la situación es más dramática, pues establece en sus leyes que "todo el que cometa sodomía es culpable de un delito y será acusado y condenado a cadena perpetua."

Aunque en la mayoría de los casos las normas son parte de leyes especiales o del Código Penal, en otros espacios se aplican derechamente doctrinas religiosas.

Ello ocurre, por ejemplo, en Arababia Saudita, donde no existe código penal. " Sin embargo, el país aplica la estricta ley islámica de la Sharia", sostiene el estudio de la ILGA.

De acuerdo con esa ley, " para un hombre casado la pena es la muerte por lapidación, mientras que la pena para un soltero es de 100 latigazos así como el destierro por un año. Para un no-musulmán, que cometa sodomía con un musulmán, la pena es la muerte por lapidación. Para la condena por sodomía, debe probarse la confesión del culpable por cuatro veces, o el testimonio de cuatro hombres musulmanes honorables".

La totalidad de Estados que penalizan las relaciones sexuales son los siguientes:

1) Afganistán; 2) Angola; 3) Antigua y Barbuda; 4) Arabia Saudita; 5) Argelia; 6) Bahréin; 6)Bangladés; 7) Barbados; 8) Bélice; 9) Benín; 10) Birmania; 11) Botsuana; 12) Brunei; 13) Bután; 14) Camerún; 15) República Turca del Norte de Chipre; 16) República Democrática del Congo; 17) Islas Cook (Estado libre asociado con Nueva Zelanda); 18) Costa Rica; 19) Dominica; 20)Egipto; 21) Emiratos Árabes Unidos; 22) Eritrea; 23) Etiopía; 24) Gambia; 25) Gaza (parte de la Autoridad Palestina); 26) Ghana; 27) Granada; 28) Guinea; 29) Guinea-Bissau; 30) Guayana; 31) India; 32) Indonesia (en algunas regiones); 33) Irán; 34) Iraq; 35) Jamaica; 36) Kenia; 38) Kiribati; 39) Kuwait; 40) Lesoto; 41) Líbano; 42) Liberia; 43) Libia; 44) Malasia; 45) Malawi; 46) Maldivas; 47) Marruecos; 48) Mauricio; 49) Mauritania; 50) Mozambique; 51)Namibia; 52) Nauru; 53) Nepal; 54) Nicaragua; 55) Nigeria; 56) Niue (Estado libre asociado a Nueva Zelanda); 57) Omán; 58) Pakistán; 59) Palau; 60) Panamá; 61) Papúa Nueva Guinea; 62) Qata; 63) Samoa; Occidental; 64) San Cristóbal y Nieves; 65) Santa Lucía; 66) Santo Tomé y Príncipe; 67) San Vicente y las Granadinas; 68) Senegal; 69) Seychelles; 70) Sierra Leona; 71) Singapur; 72) Siria; 73) Islas Solomón; 74) Somalia; 75) Sri Lanka; 76) Suazilandia; 77) Sudán; 78) Tanzania; 79) Togo; 80) Rokelau (Estado libre asociado a Nueva Zelandia); 81) Tonga; 82) Trinidad y Tobago; 83)Túnez; 84) Turkmenistán; 85) Tuvalu; 86) Uganda, 87) Uzbekistán; 88) Yemen; 89) Yibuti; 90) Zambia y 91) Zimbabue

Leyes no aplicables

La ILGA destaca que muchas de los estados con leyes homofóbicas son letra muerta, pues no se aplican en la práctica. Sin embargo, la Asociación está convencida que la sola existencia de estas normas es un caldo de cultivo para le violencia hacia las minorías sexuales, en el entendido que la misma está, de una otra manera, legalizada.

Es en ese sentido que para los secretarios de la ILGA, Rosanna Flamer Caldera y Philipp Braun, "la despenalización de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo es tan urgente como siempre. Estamos convencidos que el reconocimiento de las minorías sexuales como parte integrante de nuestra sociedad y el reconocimiento de la igualdad de sus derechos humanos contribuirán a que aprendamos a vivir juntos, y en definitiva al aprendizaje de la democracia".

El estudio de la ILGA se basó en acceso directo a las normas en la mayoría de sus reportes. Empero, en muchas ocasiones no se tuvo a la vista a las leyes por lo que algunos antecedentes provienen "de páginas web tanto gubernamentales como no gubernamentales".

La ILGA espera, por último, que su investigación sirva como "una herramienta eficaz a la hora de luchar por los derechos humanos, ya sea en campañas de protesta, en la presión sobre un determinado tema, en el trabajo parlamentario o en la diplomacia", todos espacios donde las minorías sexuales del mundo han ido interviniendo para obtener más y mejores derechos.

Catalina Herrera - (OpusGay)