miércoles, 22 de marzo de 2006

A 30 años del Golpe: De lo público a lo secreto, gays en la Dictadura


“Deseas felicidad, pero la seguridad es más importante para ti.” Algunas/os activistas de los 70 entendieron esta consigna como un problema para la revolución sociopolítica, ya que exigía como condición ineludible la liberación sexual. Y hablar de liberación sexual es, aun hoy, criticar un término que suena irritante: el patriarcado. Desde finales de los años 60, en la playa conquistada por las feministas, gays y lesbianas se sumaron y formaron un coro que denunciaba al sexismo, incomodando a la derecha política que las/os condenó desde el púlpito siempre tan familiar para ellos; a la izquierda que excomulgó de sus filas, como el caso de Héctor Anabitarte, militante del Partido Comunista Argentino que fue “despromovido” por “confesar” su homosexualidad, y a las “fuerzas populares” que sumaron como furgón de cola del tren revolucionario a los reclamos de las mujeres y de las minorías, o que las/os excluían en sus códigos de “nueva” moral, ya que ser infieles, putos o faloperos atentaba contra la condición de soldado de FAR o Montoneros, como entonaron más de una vez en la Plaza colmada y efervescente por la llegada del General.

¿Quiénes, entonces, llegado el 76 –momento en que finalmente los que se habían arremolinado junto al Perón de la tercera época, al Brujo e Isabelita y otros cómplices, se sentaron en los sillones vacantes y desataron el último genocidio–, se preocuparon por los allanamientos a la Unión Feminista Argentina, las desapariciones de activistas de estos grupos o por el exilio de las/os que supieron más de una vez confluir en protestas, como la de 1974 contra el decreto firmado por Perón y López Rega que prohibía la educación e información sobre métodos anticonceptivos en hospitales públicos? Doloroso y silencioso adiós, entonces, para aquellos/as que fueron asesinados/as, huyeron o resistieron de distintos modos la materialización del exterminio de miles de personas que “encajaban” en el “árbol de la subversión” que la revista fascista El Caudillo había dibujado puntillosamente desde una raíz con nombres como FAR, ERP y Montoneros, y con unas ramas superiores llamadas homosexualidad y feminismo.

Del mismo modo que los/as trabajadores/as sociales en villas miseria y sindicalistas combativos/as, las mujeres que luchaban por la legalización del aborto o que abortaban, las feministas y los homosexuales y lesbianas fueron sujetos de punición para el jefe de la División Moralidad de la Policía Federal, quien en el año 1977 llegó a sostener que uno de sus objetivos era “espantar a los homosexuales de las calles para que no perturben a la gente decente”, pensamiento cercano a los policías, funcionarios y legisladores/as que impulsaron el artículo 71 que “autoriza” el hostigamiento policial y las golpizas contra las travestis en la hoy Ciudad Autónoma.

Sin embargo, como sabemos, toda represión y disciplinamiento tienen su resistencia. La Richard, un gay porteño con piercing en el pecho y complicados tatuajes, que mariposeó su juventud en aquellos años, recuerda: “... en la dictadura, cuando todavía no se habían privatizado los ferrocarriles y el sida no existía, el verdadero auge era el de las teteras”, palabra que designa toda una trayectoria urbana, una peregrinación libidinal que tiene por estaciones todo baño público transformado, bajo ciertos códigos, en un espacio y tiempo de actividad sexual, en donde más de una vez convergieron, por placer y/o miedo, locas, policías y milicos, entramados en complejos sistemas de pactos silenciosos para no perturbar la “reorganización nacional”. Una especie de subversión de la cuadrícula urbana tendida por la dictadura sobre la ciudad, como el caso de la “Lissette, ama y generala de las teteras”, que marcó su territorio, el baño de los andenes de la estación Belgrano R, con un graffiti de trazo rojo y que aún sorprendería –si la empresa privatizadora no lo hubiese borrado– al varón entendido e informado que, conociendo los códigos, leía aquel guiño a pocas cuadras de la casa de Albano Harguindeguy. Para el que circulaba por este entramado semiclandestino, la policía y los milicos eran el enemigo, a pesar de los pactos ocasionales, ya que represión, deseo y resistencia se mezclaban en el escrutinio y la violencia de las fuerzas de seguridad que buscaban “espantar” a los elementos indeseables: a Villa Devoto fue más de un varón previamente fisgoneado por policías camuflados o los que se negaron a consagrarse al cirio policial en aquel tráfico confuso.

En este clima, las feministas que se quedaron en el país se reagruparon o resistieron esperando otros tiempos. Como sostiene Mabel Bellucci en El aborto en la Argentina: desafíos y logros, entre 1976 y 1983 los grupos feministas como DIMA (Derechos Iguales para la Mujer Argentina) y AMA (Asociación de Mujeres Argentinas), entre otros, se concentraron en cuestiones legales, lo que llevó a algunas a la imperdonable actitud de reunirse con el “negro Massera” o con la señora Hartridge de Videla, que llegó a decir, con su pobre y terrible capacidad asociativa, cuando se le pidió apoyo para el proyecto de patria potestad compartida, que esa idea le parecía un “asunto patriótico”.

Habrá que esperar hasta los años 80, cuando irrumpió el grupo ATEM (Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer - 25 de Noviembre) para que la sexualidad fuera retomada, aun en plena dictadura, como consigna política e incorporada al campo de los derechos humanos, luego de haber sido encorsetada en torno a los discursos sobre la prevención y formalidades legales, algo que el dispositivo del sida le deparó a la sexualidad gay a mediados de los años 80. Posteriormente, estos últimos, las lesbianas y las travestis volverán a politizar esta sexualidad en torno a cuestiones como la identidad y la desigualdad.

FIESTAS, BAÑOS Y EXILIOS. LOS GAYS PORTEÑOS EN LA ULTIMA DICTADURA
Flavio Rapisardi y Alejandro Modarelli
Sudamericana
Buenos Aires, 2001
224 págs.
SentidoG.com

La Vida en el Medioevo


Conocer la historia es imprescindible para enfrentarnos a la realidad porque la perspectiva histórica nos da la posibilidad de comprender que las cosas no son irremediables, que no siempre han sido tal y como hoy las conocemos y, sobre todo, que pueden cambiar.

Conocer la historia ha permitido que muchos homosexuales comprendan que la homosexualidad, presentada en nuestra sociedad hasta hace poco, como un vicio antinatural, ha sido considerada en otras sociedades como algo natural e incluso bueno.

Que ha habido y hay sociedades que alientan los contactos homosexuales como parte del desarrollo de las personas; conocer la historia nos permite saber que incluso una de las organizaciones más homófobas que existen en la actualidad, como es la iglesia católica, no siempre fue así. Los gays cristianos se esfuerzan por demostrar que en la Biblia apenas hay referencias negativas a la homosexualidad y que las que hay o bien no han sido bien traducidas, o bien no han sido bien entendidas.

Uno de los gays cristianos, católico practicante, que más ha hecho por "desarmarizar" el pasado de la iglesia católico ha sido el historiador norteamericano, John Boswell. Boswell, que murió de SIDA y que fue catedrático de historia en una de las universidades más prestigiosas del mundo, la de Harvard, dedicó parte de su trabajo a demostrar que la iglesia católica no siempre ha sido tan intolerante en lo que se refiere a la homosexualidad y que incluso llegó a celebrar "bodas homosexuales".

Esta es la tesis de su libro "Las bodas de la semejanza", publicado en 1994, en donde sostiene que la iglesia cristiana bendijo, desde el siglo III al XIII, a parejas homosexuales en lo que entonces se llamaron "ritos de hermanamiento". Cierto es que más la iglesia ortodoxa que la de occidente, aunque él encuentra pruebas de que estas bodas las celebraban tanto popes ortodoxos como sacerdotes católicos. Boswell rebuscó en los textos antiguos guardados en los monasterios para encontrar contratos que firmaban dos hombres, que lo hacían únicamente por afecto, y no por relaciones comerciales, y que son idénticos a los que se firmaban en las bodas heterosexuales.

Cierto es que ninguno de estos contratos explicite que el "hermanamiento" implicara relaciones sexuales, pero este historiador las cartas encontradas a estos supuestos amantes dan cuenta de la pasión con que se vivían estas relaciones. Para Boswell, la iglesia tuvo que aceptar estas relaciones porque eran muy practicadas en Europa en aquel tiempo y socialmente eran, si no alentadas, si ampliamente toleradas, por lo que en los años de asentamiento del cristianismo, la iglesia se sumó a las bendiciones para no perder adeptos. El historiador sugiere que, en esos primeros años, estas relaciones no sólo eran toleradas, sino que además existen ejemplos de estas parejas en el mismo santoral cristiano.

Es el caso de los mártires San Baco y San Sergio, dos oficiales romanos martirizados a finales del siglo III y a los que en un icono del siglo VII se les puede ver representados tal y como se representaba a los matrimonios en esa época. Pero Boswell tiene sus críticos. Estos le acusan de que maneja fuentes que están en griego y en eslavo litúrgicos y que no existen traducciones latinas de estos textos matrimoniales. Estos textos, al no estar en latín, son difíciles de comprender. Boswell afirma que las traducciones latinas sí existieron pero que fueron destruidas cuando la iglesia claramente decidió castigar este tipo de uniones.

Entonces se quemaron todas las fuentes que pudieran sugerir que se habían permitido en algún momento. Boswell pone además todo tipo de ejemplos que demuestran que la iglesia y la sociedad de la época eran cuando menos tolerantes con la homosexualidad. De hecho, en contra de lo que se cree, durante la Alta Edad Media apenas hay leyes que prohiben la homosexualidad y no se producen juicios o castigos contra el pecado de sodomía, que es como se llamaba.

Por ejemplo Carlomagno en el siglo IX se lamentaba de que en su reino hubiera monjes sodomitas, pero se limitaba a pedir a los obispos que lo prohibieran y lo erradicaran, pero no proponía ningún tipo de jurisprudencia que lo castigara. O la Regla de San Benito que era el reglamento según el cual se organizaban la mayoría de las órdenes religiosas de la Edad Media que daba unas indicaciones para evitar que este tipo de actos se extendieran en los monasterios entre los monjes jóvenes, pero nada de hogueras.

Lo que la Regla ordenaba hacer era que los monjes durmieran todos en un dormitorio común con la cama del abad en el centro para evitar visitas a otras camas, que se dejara la luz encendida toda la noche y que los monjes durmieran los jóvenes al lado de los viejos para evitar las tentaciones. Así mismo, en esa época hasta el siglo XII floreció una literatura en forma de cartas de amor y poemas que los monjes se escribían unos a otros y que han llegado hasta nuestros días. El amor florecía en los monasterios, reductos masculinos, sin que los monjes fueran castigados por ello. Pero en el siglo XIII todo cambia bruscamente.

En Europa se comienzan a promulgar leyes que sancionan con la castración, el descuartizamiento o la hoguera para los actos de sodomía. Según Boswell son varios los factores que propician este cambio. Fundamentalmente que la sociedad de la época se encuentra con una serie de enemigos ante los que es conveniente alentar el odio: el Islam, los judíos, los herejes…

Como ocurriría muchos siglos después con el fascismo y los judíos por ejemplo, cuando se quiere movilizar al pueblo lo mejor es dirigir su odio contra alguien y ese alguien eran moros y judíos a los que se acusaba de cualquier cosa: de sodomía también.

Pero según muchos historiadores la puntilla a la tolerancia medieval la puso el proceso contra la orden de los Templarios a instancias de Felipe IV de Francia. Esta orden, que nació en 1119 para proteger a los peregrinos que iban a tierra santa, había acumulado una gran cantidad de riquezas con los años. Tantas que el rey de Francia las quería para sí.

La ley decía que cuando alguien era acusado de un crimen y ajusticiado, el rey se quedaba con su riqueza. Felipe IV acusó a los templarios de dedicarse a prácticas de sodomía. En Francia en una noche se detuvo a todos los templarios a los que la tortura les hizo confesar que así era. Entonces no fue difícil ordenar que todos ellos fueran quemados y sus riquezas expropiadas para la corona. Desde entonces, siempre que no se ha sabido de qué acusar a un enemigo con el que quiere acabarse se le ha acusado de dedicarse a la homosexualidad.

Pero en todo caso ahí están las cartas que unos monjes enamorados dirigían a otros y esos contratos que revelan que los hombres en la Edad Media no tenían miedo de demostrar el afecto que les unía y por el que estaban dispuestos a firmar un contrato y a compartir sus bienes y posesiones.

Transcribimos uno de estos documentos del año 1031: "Nosotros, Pedro Didaz y Munio Vandiles, pactamos y acordamos mutuamente acerca de la casa y la iglesia de Santa María de Ordines, que poseemos en conjunto y en la que compartimos labor; nos encargamos de las visitas, de proveer a su cuidado, de decorar y gobernar sus instalaciones, plantar y edificar. E igualmente compartimos el trabajo del jardín, y de alimentarnos, vestirnos y sostenernos a nosotros mismos. Y acordamos que ninguno de nosotros de nada a nadie sin el consentimiento del otro, en honor de nuestra amistad, y que dividiremos por partes iguales el trabajo de la casa y encomendaremos el trabajo por igual y sostendremos a nuestros trabajadores por igual y con dignidad. Y continuaremos siendo buenos amigos con fe y sinceridad, y con otras personas continuaremos siendo por igual amigos y enemigos todos los días y todas las noches, para siempre. Y si Pedro muere antes que Munio, dejará a Munio la propiedad y los documentos. Y si Munio muere antes que Pedro le dejará la casa y los documentos".

Tomado de IslaTernura.com

viernes, 17 de marzo de 2006

Liliana Felipe: El corazón mirando al sur


Matar o no matar, ésa es la cuestión para la cantante cordobesa residente en México Liliana Felipe. Y sobre ese dilema se compone su nuevo trabajo que empieza con una invitación-imperativo: “Siéntate en un lugar tranquilo e intenta pasar una hora meditándolo. Todo el mundo necesita una hora de meditación sobre estos temas”. La propuesta de este nuevo CD requiere, entonces, una escucha que se detiene en aforismos que, como un reposo inquietante, se intercalan entre letras y músicas que transitan por la ironía filosa, una tristeza que por añeja es más fuerte, el zumbido de sirenas y la risa insolente que se deja oír en sonetos disparatados y muchas veces desesperados. Si como disco-homenaje está pensado para conmemorar los treinta años del golpe de Estado, como disco-aforismo investiga la intuición de que matar o no matar es una disyuntiva que se deja leer especialmente en clave argentina. De hecho, como disco-imagen se mezclan la conocida sucesión de fotos-carnet en blanco y negro de hombres y mujeres desaparecidos por la dictadura militar, con mapas de la Argentina sobre el que se superpone a las nominaciones de ciudades y provincias un listado de los campos de concentración que, recitados en medio de una canción como “El Ano”, desbaratan las fórmulas más conocidas de la denuncia. Lo mismo pasa con la imagen de tapa: una Liliana Felipe con gesto enojoso –mitad amenazante, mitad cómico– calza sombrero y uniforme napoleónico en una mueca que se completa en el interior del disco con un “intento de liberar lo obsceno”. Aunque ella aclara en diálogo con Las/12 desde el DF: “También es algo que se termina de saber en el espectáculo. La idea es la del loco que empieza a alucinar cosas”, sugiere mientras hace las valijas para volar a Buenos Aires, donde presenta hoy su Matar o no matar en el teatro Gran Rex.

De qué se trata matar

Liliana Felipe, exiliada en México desde los años ’70, es conocida acá y allá por su estilo inclasificable o uno tan difícil de definir que todas las tradiciones, ritmos y estéticas que hay que nombrar para tratar de acercarse a lo que hace (cabaret político, tangos que pasados por México se hacen tangachos y tanchidos, inventos de palabras al estilo surrealista pero también danzón, pasodoble, boleros, cumbias, todos alterados y agitados), recuerdan una y otra vez la excepcionalidad de la combinación. Lo que enhebra esa mezcla poderosa es una poética que se retuerce una y otra vez sobre distintas emociones de la voz, que la llenan a cada momento de una entonación distinta.

En el DF, Liliana Felipe es patrona del bar-teatro El Hábito junto a su esposa, la actriz mexicana Jesusa Rodríguez. Fue allí donde hace años tuvo una primera puesta en escena el proyecto de Matar o no matar, en un espectáculo que algún cronista calificó de “porno-militar”, protagonizado por las artistas Regina Orozco y Susana Zabaleta. Pero la genealogía completa se remonta a una conmoción primera de Felipe: “Hace algunos años tuve la ocasión de leer los 134 aforismos del poeta húngaro Geörgy Konrad, un autor que acaban de premiar en España. También tengo la idea de que alguna vez leí algo sobre él escrito por Eduardo Galeano. La cuestión es que yo no lo conocía para nada, pero de repente me topé con su trabajo titulado Matar siempre es asesinar. Entonces, me surgió la idea de hacer algo sobre lo que significa el hecho de matar, de decidirse a matar. Claro que él es muy europeo, su onda es la bomba de Hiroshima y esas cosas. Pero yo lo leí con ojos argentinos, es decir, pensando en la obediencia debida, en la obligación a los superiores... Esos son nuestros ojos y esos aforismos fueron para mí un terreno desde donde pararme. Cuando lo leí pensé: ‘Este hombre me está ayudando a decir lo que yo quería decir’. Luego trabajé mucho con el artista ruso Dmitri Dudin y hace como ocho años montamos una obra con las bailarinas Regina Orozco y Susana Zabaleta”, relata Felipe desde México. La obra teatral unía la música de Felipe y Dudin con un cuento corto erótico de Piére Louise, titulado El espejo, la peineta y el collar, en el que se narra la historia de una cortesana de Alejandría que consigue que el escultor más admirado por las mujeres de la ciudad asesine por ella.

Ahora, el giro es otro. “Llegando a fines del 2005 estaba angustiada sobre qué iba a hacer en marzo y me di cuenta de que estaba ese material sin grabar. Así que el proyecto es como que tiene dos etapas. Esta segunda siento que es algo muy pensado para la Argentina”, continúa Felipe.

Las ganancias del disco serán destinadas a H.I.J.O.S. de Córdoba para que ayuden a solventar los gastos de los juicios contra los militares genocidas. Esta es una relación de hace ya mucho tiempo de Felipe y que se prolonga en sus letras. En uno de los temas de su último disco, el más desconsolado, Liliana le canta a su hermana desaparecida Ester: “Buscarte en los infiernos del Dante, en el amor de Paula y en los mates amargos/ Buscarte en el pasado que llega mañana, en la noche infinita bajo la Cruz del Sur. / Y hallarte entre los H.I.J.O.S. que te encuentran, tan lejos y tan cerca, eternamente”.

–¿Siente alguna diferencia generacional?

–No, no siento una brecha generacional. Al contrario. Tal vez parezca raro una cincuentona al lado de unos niños, pero en realidad ellos ya no son ningunos niños, la mayoría tiene treinta años. Yo siento que ellos son nosotros. Son quienes pueden hacer algo. Mi idea con los discos y el dinero que se junte es que sea un trabajo de la gente, que se lo copien, lo regalen y con ese dinero pueda conseguirse apoyo para una causa tan importante como los juicios a los militares.

En su Córdoba natal, cuenta Felipe, tiene planeado estar para la marcha del próximo 24 de marzo.

La memoria, dice, es su material sintético predilecto y, anuncia, es lo que tensiona en su trayectoria formas, letras y apuestas político-estéticas: “Es lo que une la mayoría de lo que me ha ocurrido y de lo que me ocurre”. Ante la pregunta de cómo fueron cambiando los procedimientos y las imágenes –desde el inicio de su exilio a hoy– de las que se nutrió, cede la palabra: “Eso lo pueden contestar mejor las canciones que yo”.

Su trabajo anterior se titulaba con un inconfundible adjetivo argentino: Trucho. “Ese material lo grabé en condiciones medio frágiles, creo que parecidas a las que vivía (Fernando) De la Rúa”, comenta Felipe para explicar la apelación a lo falso en lunfardo argentino. La grabación tenía una marca de origen ineludible: surgió en su mayor parte de un recital que dio en Buenos Aires en marzo del 2002, en medio de la crisis y la revuelta callejera. Ahora es el 30º aniversario del golpe militar lo que inspira Matar o no matar. Ambos títulos parecen haber absorbido el ritmo de cierta coyuntura nacional.

–¿Hay algo así como una acentuación, del 2001 a hoy, de la influencia de lo que pasa en Argentina en su obra?

–Absolutamente. Desde fuera, lo que se ve es que Argentina está proponiendo cosas muy interesantes. Por ejemplo, cómo uno no debe dejarse tratar por un monarca. Ahora, Argentina tiene una voz, una presencia, y antes no era así. Argentina antes no me movilizaba y ahora sí. Creo que al nivel de la Justicia se están moviendo muchas cosas. Este no es un gobierno facho como el de Menem. Ahora, no puedo opinar sobre si las Madres de Plaza de Mayo hacen bien en descansar un rato o no. Tampoco sé cómo habría que votar por lo de Ibarra. Una cosa es estar acá y otra vivir y sentir desde allí.

Donde Liliana Felipe no tiene dudas en opinar es en relación a la política mexicana. El contestador de su casa descoloca a cualquiera frente a la ordinaria tarea de dejar un mensaje porque escupe sin introducción: “Sobre Andrés Manuel tengo algunas dudas, sobre Calderón y Madrazo: ninguna”. Andrés Manuel López Obrador es el candidato de las elecciones presidenciales de junio próximo por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Roberto Madrazo es quien se postula por el longevo Partido Revolucionario Institucional (PRI), mientras Felipe Calderón lo hace por el oficialista Partido de Acción Nacional (PAN). La toma de posición favorable hacia López Obrador, aun con dudas, se encastra en un debate muy álgido en México: la insistencia del zapatismo con su “Otra Campaña”, que no apuesta e incluso critica al candidato progresista del sistema político.

–¿Qué posibilidades políticas ve en el caso de un triunfo de López Obrador?

–La posibilidad de un gobierno progresista, de un hombre honesto y trabajador. Además muy inteligente.

Apasionada

“Te voy a arrancar los ojos como a una vaca/ y me voy a hacer un licuado pa’ que me veas/ desde el fondo del fondo del vaso, pa’ que me veas/ Licuados tus ojos, licuado tu amor.” Y la enumeración sigue: le corta la lengua, le chupa el protoplasma (“¿a ver qué hacés sin protoplasma?”), le arranca los pelos “nomás por celos” y también el alma para hacerse una alfombra y pisarla. Este tema de Felipe convive en el nuevo disco junto a otro que es una especie de manifiesto contra la “música-ambiente”, esas melodías que se reconocen instantáneamente porque son las que empalagan las atmósferas de shoppings y radios, pero también de funerarias y consultorios: “Y como no tenemos párpados en los oídos/ no hay más remedio que escuchar los temas más jodidos/ Le dicen música pero es una intoxicación/ A ver si quitan esa estúpida canción”. Un rato antes se puede escuchar una farsa castrense entonada en el Himno al Etorcije: “Aunque el trinar tortúneo/ cabalgue sin pestuelas/ ¡su ecuestra dignidad!/ El orto y el ocaso,/ ¡la Junta Militar!”.

–Hay una veta muchas veces rabiosa en tu música. ¿Es el impulso de composición mayor?

–No, creo que lo que más me impulsa es el amor, la pasión. Claro, tengo rabia, puteo un rato, puteo mucho. Pero eso no me hace necesariamente componer.

–Para tener una imagen concreta: ¿qué leíste, escuchaste o viste el último tiempo que te haya inspirado especialmente?

–Volver a ver Persona de Bergman, ver por primera vez El perro de Sorín y luego seguirme con Historias mínimas, y escuchar hasta ahora las seis primeras sinfonías de Shostakovich por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, leer meticulosamente durante el 2005 cada mañana un capítulo de El Quijote junto a Jesusa, comer poco y no mezclar demasiado, grabar M.O.N.M. (Matar o no matar), descansar, jugar con los perros, caminar por los viveros y luego sigo con la lista.

Ahora, Liliana trabaja junto a Jesusa en un proyecto sobre Las mil y una noches y otro más que es aún secreto. Han terminado, después de un trabajo de teatro en comunidades indígenas de todo México, unas canciones que relatan “las dificultades con la suegra, con que las atienda un médico y todas las cuestiones que surgieron de juntarse desde la mañana hasta las ocho de la noche con cientos de mujeres en una situación desesperante, en jornadas en que terminas deshecha”, comenta Felipe.

–Esa experiencia, ¿te hizo pensar cosas nuevas en relación a qué es el feminismo para vos hoy?

–Tengo muchas amigas activistas del feminismo. Yo firmo y colaboro, pero no me dedico mucho a la causa. En el caso del trabajo con las mujeres indígenas, lo que una siente es que están jodidas por ser mujeres, por ser indígenas y por ser pobres. Pero muchas tienen una claridad envidiable.

Verónica Gago
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lunes, 13 de marzo de 2006

Alberto Migré: Los 700 golpes


GOLPE N† 1: EL TIEMPO PASA “Voy a volver con Rolando Rivas: no con una remake, porque las remakes salvaguardan pocas veces el honor del original. Esto va a ser una continuación, con los mismos actores. Satur y Nora Cárpena, porque cuando terminó la tira Rolando ya había dejado a Mónica Helguera Paz (Soledad Silveyra). ¿Qué pasó en esos años? ¿Sigue con la mujer? ¿Es feliz? ¿Qué fue del hijastro? ¿Pudo tener un hijo? ¿Está muy golpeado? A lo mejor aparece algún homosexual. Un raro, diría Rolando. Esa es la idea, pero con alguna vuelta de tuerca. Porque veintiséis años en la vida de alguien, son muchos años.”

GOLPE N† 2: LA TELENOVELA ES COMO LA VIDA Migré ostenta el incuestionable mérito de haber hilvanado las tramas más intrincadas del género, defraudando al suspiro contenido durante los diez meses que puede durar una telenovela y logrando que, cuando ya todo parecía felizmente irremediable, la historia acabe mal. “Como la vida, querido”, dice. Y desarrolla su idea: “La vida no termina bien. Más de la mitad de las cosas que uno emprende con entusiasmo terminan mal. No sé por qué es así, pero terminan mal. Reconozco que a veces me arrepiento de algunos finales. Pienso: ¿Y si se hubieran salvado? La gente espera para todo: para irse de vacaciones, para comprarse un auto, una casa. Y también espera diez meses, los 290 capítulos de una tira, y a mí se me ocurre terminarla mal. A veces eso puede ser una falta de respeto”.

GOLPE N† 7:LA VIDA ES ASI En “Sin marido”, Patricia Palmer era una mujer que, gracias a las escasas destrezas amatorias de su marido millonario, creía ser frígida. Problema que solucionaría al enamorarse del fisioterapeuta (Gustavo Garzón) de su hijo inválido. Mientras, su marido y padre de la criatura, mantiene un amorío con su socio, y su mejor amiga es abiertamente lesbiana. “Duró seis meses. Y realmente me dio pena que ella, después de haber pasado por todo eso, se enfermara de cáncer y muriera. Pero así es la vida, estas cosas pasan.” Al día siguiente del último capítulo de "Piel Naranja", en el que los protagonistas también morían, Migré recibió al salir de su casa un baldazo de agua helada que caía desde un balcón, al grito de ¡Asesino!.

GOLPE N† 15: ¿EN SERIO ES ASI LA VIDA? En “Piel naranja”, Migré había trazado, según la más imperfecta geometría del amor, un triángulo entre un esposo anciano y mal tipo, una joven esposa y su amante. Cuando se le comenta que en el ambiente gay se dice que esa telenovela fue decisiva para muchos adolescentes de entonces (Arnaldo André, que era el novio, tenía que ser la novia; Marilina Ross, que era la novia, debía ser el novio; China Zorrilla, que era la madre, tenía que ser el padre; y Raúl Rossi, que era el padre, debía ser la madre), Migré carraspea y dice: “Ay, ay, ay. Los homosexuales son los mejores televidentes que uno puede tener, porque son los más viciosos. Pero también son terribles: todo lo hacen pasar por sus asuntos. Si nos ven acá charlando, empiezan: ¿De qué hablarán? ¿Migré tendrá sida? Yo hacía una telenovela que me gustaba mucho escribir. Dejémoslo así". GOLPE N-o 26: la persistencia del golpe N-o 7 “Nunca voy a olvidar a la mujer que al día siguiente de que terminara `Sola’, con Zulma Faiad, me dijo: Migré, usted no tenía derecho a escribir ese final y a amargarme la vida como me la amargó. Y me enumeró una serie de motivos muy válidos. Creo que si me hubiese encarado un día antes, le cambiaba el final. Aunque también hay gente que me escribe o me regala cosas y me dice `Que Dios lo bendiga’.”

GOLPE N† 38: LA SOLEDAD “Viví toda mi vida con mis padres, nunca tuve la necesidad de irme a vivir con mi pareja. Además, ¿quién quiere vivir con un tipo que escribe dieciséis horas por día? Cuando termino, no tengo muchas ganas de bañarme o afeitarme, quedo medio atontado, me tiro un rato, y a lo mejor cuando me despierto quiero escribir el capítulo siguiente. Y seguir así durante tres o cuatro días. Tampoco tuve un bulo, porque me compré una quinta en la que reunirme con quien quisiera. Papá estuvo enfermo durante más de diez años, y fue terrible: hubo que quitar todas las llaves de la casa, y tapar los espejos, porque él veía enemigos y amigos todo el tiempo. Yo soy triste por naturaleza. Y a veces también soy medio pelotudo. Y muy cruel. Más de una vez pensé Por favor, que se termine esto. No sabía si al día siguiente iban a estar vivos o muertos. Y pensaba Bueno, cuando viva solo ... En cinco años se murieron toda mi familia y mis mejores amigos. Y ahora que vivo solo, es una podredumbre.”

GOLPE N† 87:LO QUE ESCUCHA “Muchos me dicen que estoy antiguo, porque quiero rescatar la palabra, quiero que los actores hablen, en un momento en el que no quieren hablar. De ahí que, en las tiras de hoy, un personaje entre, diga Qué hacés, hijo de puta y le rompa la espalda a palmadas al otro, y todos contentos porque eso es quererse. Si un personaje se tiene que relacionar con otro y tiene que exponer los motivos por los que otro personaje le hizo daño, tiene que estudiar un texto. Pero parece que es mucho más fácil para el actor si dice: Me cagó.”

GOLPE N† 144: LO QUE VE “Hoy prendés una novela y lo primero que hacen es meterse en la cama. Las mías desbordaban de sexo y no por eso los personajes andaban todo el tiempo revolcándose. La telenovela debería ser una suave franela. No porque esté mal mostrar el revuelque, sino para dejar que la gente se imagine algo.”

GOLPE N† 199: LAS IDEAS DE ROMAY “`Leandro Leiva’ contaba la historia de un guerrillero que, por ir al monte tucumano, perdía a su novia. Hicimos un primer capítulo espectacular, pero enseguida empezaron los problemas y no se pudo volver a filmar en Tucumán, el director estaba en contra de mi romanticismo y yo estaba en contra de su ordinariez, y Romay empezó a correr la tira de horario y a meterse. Yo me reconcilié con él cuando, durante la última entrega de los Martín Fierro, admitió no haber escrito nunca ni una sola línea en su vida. Pero igual, cómo jodió durante quince años con el cartelito: Idea A.R. ...”

GOLPE N† 223: LA FELICIDAD ES BREVE “La felicidad, contada, resulta aburridísima. Los encuentros son bellos, pero fugaces. Lo que puede durar es la historia de una desgracia. Un desencuentro, con pequeños encuentros que sirvan de excusa para otro desencuentro.”

GOLPE N† 265: LA MAQUINA DE ESCRIBIR “Para mí, la tecnología llega hasta el Liquid Paper. La computadora no me ayudaría. Me parece fascinante que un chiquito de Neuquén le pueda cantar un aire dulce a un niño de Japón, pero todo el mundo usa la computadora para hacer hijaputeces: para trucar fotos sexuales de alguien, para afanar un programa, o para entrar a la Casa Blanca. No me parece que eso sea abrir la cabeza. Y además, mientras escribo, cuando algo no me gusta o me trabo, yo le doy trompadas a la máquina, y no creo que una computadora resista tanto los golpes.”

GOLPE N† 301: LA PEREZA “Durante toda mi vida escribir fue un trabajo: cuando no tenía dos programas, tenía tres o cuatro. Un capítulo me lleva más o menos dieciséis horas y siempre hice un capítulo por día. No tengo artritis, pero cada tanto me duele un poco la mano derecha. Y nunca me pasó eso de que no se me ocurriera nada. A lo sumo quedo trabado y no puedo seguir y Juan no le puede contestar a Marta, pero en esos casos sé que el error está cuatro líneas más arriba o en la página anterior: una vez que corrijo eso, vuelvo a correr. Es que yo escribo como si estuviera viéndolo todo en pantalla, ya hecho. Quizás por eso nunca me gusta lo que veo.”

GOLPE N† 323: LA LITERATURA “Escribí muy pocos cuentos y nunca me senté a escribir una novela. Creo que, básicamente, la gente que escribe es muy vaga, prefiere tomar whisky, fumar, e ir al cine cuando menos le conviene. Lo que sí me gusta mucho es recibir cartas. Entonces, a veces me escribo alguna a mí mismo, dejo pasar unos días, abro el sobre, la leo y digo `Ay, mirá que linda carta’.”

GOLPE N† 383: LA MAESTRA Y EL ADULTO “Me gusta estar muy atento a lo que sucede en la realidad y ver cómo lo puedo introducir en la ficción. Por ejemplo, esta historia de amor que acaba de tener la maestra de Punta Alta con el alumno, y que a muchos le parece una aberración, a mí me parece fascinante. Quiero escribirla. Es una historia de amor. Y no sé si es sórdida. Para saber eso, habría que ver al chico.”

GOLPE N† 437: GOLPES DE EFECTO “Si bien es cierto que Rolando Rivas tenía un hermano guerrillero, y después fui metiendo temas como la frigidez, la homosexualidad y los desaparecidos, en el ‘83 hubo un estallido o una liberación. Y esos temas llegaron a ser utilizados como anzuelo para levantar el rating. En alguna novela he visto a un enfermo de sida que nunca hace tratamiento. Y ni siquiera habla del tema. Pero eso sí: el sida está y el rating sube.”

GOLPE N† 499: LA CAJA BOBA “Creo que el mejor medio de expresión es la radio, porque permite una agilidad mental que la televisión anula. Sigo buscando al incauto que me compre la idea de hacer un radioteatro que cuente una historia de amor por mes: la de Eva con Perón, la de Nijinsky, la de la mujer de Mariano Moreno. ¿Cómo hago eso en televisión sin que lo produzca la Metro-Goldwyn-Mayer? Me contaron que en Alemania han hecho una versión de La ciudad y los perros maravillosa. Por supuesto que sería fantástico que la gente leyera, pero la lectura es una disciplina y estamos muy indisciplinados. Alguien llega del trabajo, prepara la comida, toca a su hijo dormido para ver si sigue ahí todavía y apenas abrió el libro ya cayó de sueño. Por lo menos, que pueda apagar la luz y escuchar una historia.”

GOLPE N† 536:LA INDISCIPLINA “Si bien en mi tiempo éramos ovejitas, cuando mi madre me olvidaba en algún lugar, de chico, yo me quedaba sentado ahí. Hasta que ella me dijera: Paráte, que nos vamos. Pero andá a sentar a un chico ahora. Cuando la madre no le compra una golosina, él le grita boluda.”

GOLPE N† 564: SUENA UN CELULAR “Odio los teléfonos con los que te pueden interrumpir en cualquier momento, pero oír las conversaciones de la gente hablando con su celular puede ser una gran fuente de inspiración. El otro día entró a la confitería Rond Point una mujer de unos treintipico de años. Se sentó, pidió un café y llamó a alguien con su celular. Cuando la persona del otro lado del satélite le contestó, ella dijo: Je m’appelle Monique. Se ve que el otro no la entendía y preguntaba. Yo le tomé el tiempo: estuvo diez minutos repitiendo lo mismo, hasta que gritó ¡Que soy Mónica, carajo!, y cortó, pagó y se fue. Es el principio de una gran novela.”

GOLPE N† 590: NO HABRA NINGUNO IGUAL “Si Shakespeare viviese por supuesto que escribiría telenovelas. Es claro que con lo que le pasaba, era un autor de televisión: tenía que tener mucho cuidado porque los teatros eran tan cerrados que, durante sus obras, los muertos se acumulaban en el escenario. Escribía para decorados, y eso es ser un escritor de telenovelas. Pero uno muy inteligente. Ya no hay. Romeo y Julieta siempre va a tener rating, porque es una historia de amor que no necesita infidelidad para funcionar: no tiene que haber una María para Romeo y un Alberto para Julieta”.

GOLPE N† 601: LOS GOLPES AJENOS “Ya se ha dicho, pero todos estamos contando la misma historia con distintos detalles y matices. Una vez alguien me señaló un supuesto guiño a Septiembre, de Woody Allen, que aparecía en `Una voz en el teléfono’. Yo adoro a Woody Allen, y que me disculpe, porque no fue adrede. Nunca hice algo así, aunque alguna vez me lo hayan hecho a mí. Hace unos años, después de que presentara a Canal 9 una revisión de mi telenovela `Mujeres en presidio’, que había escrito en los 60, hicieron de prepo `Libertad condicional’, y estaba evidentemente basado en lo que había escrito yo. Y se nota que Suar ha visto muchas telenovelas, porque yo siempre he tenido la cábala de que mis protagonistas hombres tengan las iniciales R.R., ¿y de dónde viene eso de `R.R. D.T.’? Mejor tomarlo como un guiño. Pero hay que reconocerle que `Gasoleros’ es la telenovela argentina paradigmática.”

GOLPE N† 666: DIOS HA MUERTO “El problema es que soy un pésimo creyente. A veces creo y a veces no. Pero hay ciertas cosas que no deberían suceder. Está bien, hay un ser superior que nos quiere probar. ¿Probar qué? ¿Y hasta cuándo? Prefiero a los griegos, con esa sarta de dioses que se odian, se adoran, se desheredan, tienen hijos y comparten la novia con el hijo. Eso me parece más normal. El otro, como todo lo que es perfecto, me causa horror y me despierta muchas sospechas.”

GOLPE N† 700: LA PROGRAMACION DE ATC “Una vez dije que estábamos tan mal porque se maneja la Casa de Gobierno como se maneja ATC. Después de eso estuve dos años sin trabajar. El problema ya no es el menemismo, ni la política. ¿En quién creés cuando el chico que acusaba a Oyarbide reconoció en `Memoria’ que no pretendía dinero sino que lo vincularan con el departamento artístico del canal, para poder actuar en un programa? O esa gente que va de lo más contenta a un talk-show a contar que su nena se acuesta con su marido, por cien pesos. Y las cámaras ocultas en las que joden a un tipo durante veinte minutos, hasta que le dicen que es una joda, y entonces todos se ríen y le regalan dos pasajes y el otro opa dice: ¿No me podés dar tres, así vamos con la nena?. Todo lo que pasó con el caso Cabezas, Yabrán, Ibrahim y Al Kassar es demasiado tenebroso, hasta para una telenovela. Por eso yo digo que algo va a pasar en el mundo, algo tiene que pasar. A veces miro el cielo y pasan esos vientos huracanados que duran un minuto y después se desvanecen, y leo en los diarios sobre estos aluviones de barro que borran un pueblo del mapa. Las montañas se van a hundir y los mares subirán. Está escrito, pero no lo queremos leer, porque ya no se lee. Quedarán tres o cuatro y volverán a contar una historia. Y, hasta entonces ... roña, hijo, roña.”

JUAN IGNACIO BOIDO

Hace pocos dias murio, a los 74 anos, este maestro de las telenovelas argentinas, que mejor que recordarlo con este reportaje publicado en el diario Pagina12 de Buenos Aires en 1998.