martes, 19 de diciembre de 2006

Beth Ditto: Sin reservas


"Gorda, lesbiana y feminista". Así se autodenomina, sin miedos ni complejos y a mucha honra, Beth Ditto, líder y vocalista del trío punk The Gossip, que el mes pasado se convirtió en la cantante "más cool" del momento, según la lista anual de la famosa revista New Musical Express. Ganándole a la gran candidata, Karen O, de Yeah Yeah Yeahs que recientemente visitó a la Argentina, es la primera vez que una mujer alcanza este puesto, algo impensado hasta el momento, si se tiene en cuenta que el año pasado hubo una sola entre los 10 primeros lugares.

"Prefiero que me llamen gorda. Me gusta esa palabra, aunque no es fácil para todo el mundo. No es fácil pero es divertido, porque nunca he encontrado a un cantante que haga de su gordura una causa. Para mí lo es, y me encanta ser portavoz de esta minoría, si es que a los gordos se nos puede considerar una minoría, que tiene que pasarse la vida luchando contra los prejuicios. A mí no me pesa ser gorda; forma parte de mi personalidad". Esta es quizás la declaración de Beth más difundida, aunque también habla abiertamente de su feminismo a ultranza y de su condición sexual. Sin embargo, hay quienes privilegian otra cosa: su voz, comparada a veces con la de Janis Joplin y otras con la de Aretha Franklin (si cantara punk), criterio definitivo para la elección de NME. Modesta, Ditto simplemente ha dicho: "Nunca he tenido una voz muy reservada. Intenté bajarle el tono pero no pude".

Una característica de Beth es su falta de complejos a la hora de elegir el vestuario. Si quiere, luce en escena un vestido de leopardo bien apretado, una minifalda de cuero o corpiños y portaligas que parecen que van a volar por los aires. "A veces la gente que se ocupa de mi imagen no se da cuenta de que yo no quiero lucir flaca ni chupada. No es lo que soy. Ellos dicen: 'Si usás esto vas a verte pequeña'. Y son pavadas. Yo quiero lucir bien, no pequeña, esa es la diferencia", explica ella. Y se sorprende cuando le cuentan que no pocos la ven como una sex symbol. "No me siento sexy. Soy una persona introvertida, de esas que dicen las cosas equivocadas en el momento equivocado".

¿Y quién dijo que no se muerde la mano del amo que da de comer? Enérgica y elegante, Beth es tímida en las entrevistas pero no se calla nada. "La industria musical teme a las chicas que hacen buena música pero no la venden a través del sexo", proclama. Y según ha contado, está trabajando en un nuevo video que dejó ver algunas diferencias con su compañía. "Quieren poner bailarinas. Yo me rehúso a que sean flacas: van a ser gordas. No quiero un manojo de chicas huesudas bailando a mi alrededor. Fin de la historia".

Beth nació en 1981 en la ultracatólica ciudad de Searcy (Arkansas, EE.UU.). Su infancia la pasó –con sus seis hermanos– en una de esas típicas casas rodantes, rodeada de familias negras. A los 13, y en compañía de un primo, mataba ardillas a los tiros para hacerlas a la sartén. Sus primeros contactos con el canto se dieron en los coros de gospel de las iglesias pentecostales o baptistas: "Tenía una tendencia natural a salirme del coro. Intentaba hacer lo posible para bajar el tono, pero no podía. Yo canto con todo mi cuerpo, y mi cuerpo siempre ha sido así de contundente", contó varias veces. Eran los tiempos en que le decían que los homosexuales y las lesbianas iban al infierno. "Yo rezaba: 'Por favor, Dios...' Me gustaban las chicas", recordó en otro reportaje.

Admiradora de Patti Smith, Mama Cass, Gladys Knight y Etta James, Beth fue una activista feminista entre las riot grrrls e integró el grupo The Need. The Gossip, según contó, llegó por casualidad. A Nathan Howdeshell y Kathy Mendonca, sus compañeros originales (ahora toca con Brace Paine y Hannah Blilie), los conoció en 1998. Al año siguiente se mudaron a Olympia. Ellos la animaron a empuñar el micrófono un día cualquiera mientras tocaban en el sótano. Tenían apenas tres canciones listas cuando consiguieron su primera presentación, que se prolongó por 15 fines de semana seguidos en el mismo localcito.

"Ese grupo con la cantante lesbiana y gorda que canta punk como si fuera blues", como se lo conocía, empezó a volverse popular. En 2001 llegó el primer álbum, "That's not what I heard". Después vinieron "Arkansas Heat" (2002) y "Movement" (2003). Y este año, "Standing in the way in control" (Green Ufos), donde denuncian la homofobia de los republicanos y exigen iguales derechos para las parejas gay. "El disco trata sobre nuestros amigos, sobre la importancia de ser uno mismo y seguir vivo haciendo lo que realmente te gusta", señala Beth, que también participa en el último disco de Peaches ("Golpeándome la cara con esa polla" se la escucha en lo que, según ella, es lo más heterosexual que ha cantado en su vida).

Con pocos años de existencia, a The Gossip (El Chisme) le atribuyen la virtud de haber redefinido el punk al devolverle el sello político que supo tener el género. Pero además, el trío refleja en su música bailable, influenciado por la new wave, el blues y el rockabilly, las experiencias de vida de sus integrantes y "los comentarios de gratitud de chicas obesas y gay que han nacido en el culo del mundo, contándome cómo hemos ayudado a que sus vidas cambien". Del galardón de NME, en tanto, Beth Ditto sólo ha dicho que se lo dedica a todos aquellos que, sin importarles los tabúes y prejuicios, se siguen buscando a sí mismos.

Cora Cáffaro
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Of course there are proven instigators of violent behavior; they can
only fail if they fail to protect the troops on the ground, but mediated through a screen.
It might even be a football tournament we could qualify
for. But what about those games that the entire intention IS to make you
stressed, frightened, tense, nervous, and quite frankly want to jump out
of your skin? Also have to make time for the Christmas season.


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