martes, 27 de diciembre de 2005

Decalogo del buen heterosexual


1.- Si te dicen que la homosexualidad es "natural", diles que la copulación con animales o entre padres, hijos y hermanos también lo es.
2.- Si te dicen que una pareja homosexual es igual a una heterosexual, diles que la naturaleza solo otorgó el don de la procreación a la unión de la mujer y el hombre.
3.- Si entras en una charla religiosa y alguien intenta insinuarte que la Biblia tolera o hasta glorifica la homosexualidad, corta toda discusión, recordándole que según el génesis, cuando Dios advierte que el hombre está solo y eso no es bueno, le elige por compañera a una mujer.
4.- Si te dicen que la pareja estable de homosexuales debería tener el derecho de adoptar "hijos", diles que desde mucho tiempo antes de cualquier activismo igualitario
homosexual, la sociedad -en virtud del principio de sustitución- había restringido la adopción a matrimonios legítimos, dejando a un lado individuos solteros o parejas no unidas en matrimonio y nadie hablaba de discriminación entonces.
5.- Recuerda siempre que la adopción es un derecho de los adoptados y no de los adoptantes y que entre los juristas está establecido que tal "derecho de adopción"
no rige siquiera para las parejas heterosexuales. Diles también que no pretendan que el Estado les obsequie lo que la naturaleza les niega, pues en ese caso
se estaría discriminando en contra de los heterosexuales.
6.- Si por defender la heterosexualidad, te dicen que eres un homosexual reprimido, diles que sí, que lo eres, al igual que eres un bestialista y un incestuoso reprimido. (Si necesitas dejar en claro tu machismo o femineidad, agrégales que nada te cuesta reprimirte)
7.- Ten presente que el tabú del incesto es consustancial a la familia heterosexual, para asegurar su unidad y funcionalidad y que, en consecuencia su reemplazo por clanes hedonísticos encargados de la crianza de los niños, sin nexo biológico, llevará a una progresiva culturización contra dicho tabú.
8.- Si te dicen que en las escuelas debería hacerse una enseñanza apologética o igualitaria de la homosexualidad con la heterosexualidad, diles que ello no es posible
porque la educación es antes que nada una formadora de valores y que por tal motivo no se hace en ella la apología del adulterio, la infidelidad, el sexo promiscuo, la uniparentalidad provocada o el concubinato, ni se pone estos disvalores en igualdad con el ideal de familia y matrimonio, como unidad reproductiva eficiente de la sociedad, al margen de cualquier culto religioso, pues ella brinda no solo amor y manutención al niño, sino los primeros principios de autoridad y socialización.
9.- Si te dicen que el matrimonio heterosexual no es perfecto (remarca de todos modos la redundancia de esta expresión) diles que la pareja homosexual lo es menos.
10.- Aprende a diferenciar siempre al individuo homosexual que debe ser respetado y al activismo gay como conciencia
de minoría que puede sentirse discriminada, lo que es admisible, de la ideología y partidismo político igualitarista gay,
(de lo que participan también heterosexuales) que sí es pernicioso para la sociedad, por implicar, básicamente,
una irradiación hacia el resto de la vida
social y política, de una indiferenciación de valores y órdenes que conduce a la anarquía y a la anomia y que es, además, violatorio de los derechos de la mayoría heterosexual.

Roberto Baldini, abogado argentino...

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